Rubén Amón entrevista a Alain Finkielkraut en El Mundo
Hay un gran malentendido en torno a la idea de democracia. Y del igualitarismo, que se ha ido extendiendo como principio en todos los ámbitos de la existencia. Pero la igualdad y la democracia no tienen nada que hacer en la cultura ni en la educación. Se ha puesto en discusión la asimetría entre el profesor y el alumno. Se les ha colocado en un mismo plano. Igual sucede con la cultura. Ha desaparecido la jerarquía de los valores estéticos: tanto vale la ópera como el rap, la belleza como la trivialidad. Hanna Arendt decía que la cultura consiste en saber elegir la compañía. La compañía de un libro, de una película, de un apersona. Ahora no hay lugar a la elección. Elegir es distinguirse, distinguirse es jerarquizarse, jerarquizar es excluir y excluir es discriminar. Insisto: el lugar de la democracia es la política y la justicia social. Pero en otros ámbitos, como el cultural y el educativo se imponen distintas reglas. El drama de nuestro tiempo consiste en haber convertido en derechos del hombre todas las cosas materiales y espirituales. Es así como se ha pasado de la transmisión de valores a la construcción individual del propio saber, invocando el principio del igualitarismo. El profesor autoritario se confunda con el opresor, la jerarquía con la represión.
Internet es el espacio de la locura planetaria. No hay debate. Cada uno lanza su discurso sin mezclarse con los demás. La libertad de opinión no consiste en la multiplicación de relatos sobre un mismo hecho.
(Finkielkraut no tiene móvil ni usa Internet. Atención, pregunta. ¿La cultura democrática y la educación democrática son mejores o peores que la cultura y la educación no democráticas?)
Alberto Martín habla en Babelia de Photoespaña 11
Como en ocasiones anteriores, el tema propuesto, en este caso Lugar, es revisado de manera específica por el comisario del festival en una exposición colectiva. Se trata de Lugares comprometidos. Topografía y actualidad, donde 11 artistas reflexionan sobre las posibilidades de análisis y contextualización de la información contenida en la representación documental del lugar, en la que probablemente sea la mejor exposición del programa. La mayor parte de ellos abordan cuestiones como los límites de la dramatización y la ficción dentro del registro documental, el contexto en el que aparece producida o sugerida la información, o los vestigios de la historia y de la memoria.
(Cuando tenga ocasión de visitar Photoespaña 11 intentaré desentrañar el acertijo de Alberto Martín.)
Andrés Isaac Santana, sobre una exposición de Dominique González-Foerster en el MUSAC de León
El tránsito de la torpe fisicidad a la experiencia subjetiva de transformación interior, de lo evidente-narrativo a la explosión de sensaciones nuevas sobre la base del asombro y la perplejidad, pareciera ser el trayecto y la estrategia estética de esta artista francesa, en un momento cultural donde el romanticismo es escamoteado por el vasallaje de una estética light cada vez más demandada en ciertos espacios institucionales del arte.
(Temo que por mucho tiempo que gaste en el MUSAC, jamás seré capaz de desentrañar el acertijo de Isaac Santana.)
Neus Contreras, en Estilos de Vida (La Vanguardia), sobre Oxitocina, la hormona de moda.
En el cuerpo, tal y como explica el reputado neurobiólogo Antonio Damasio, se segrega durante la estimulación sexual de los genitales o de los pezones, así como durante el orgasmo, entre otros procesos somáticos…. “Yo la llamaría la hormona de la sociabilidad”, afirma Luis Miguel García Segura, quien añade una propuesta más a la larga lista de apelativos que se atribuyen a la oxitocina. La hormona de la sociabilidad, pues, ya que su liberación no se dispara únicamente durante el orgasmo y, precisa Goleman, alienta tanto en el hombre como en la mujer la mayoría de los sentimientos de cariño y placer que experimentan en el acto sexual: más allá de este, la oxitocina también está enla base del enamoramiento y propicia el vínculo afectivo de la pareja…. La cualidad relajante de esta molécula abre la puerta también, según los expertos, a que cada cual tenga su particular manera de inducir la oxitocina mediante actividades que le desestresen. Para unos será excuchar música, par otros leer o cocinar…
(¡Ya tenemos otro ingrediente en la ensalada de la felicidad moderna)
Sensaciones, ideas y fantasías
sábado, 31 de mayo de 2008
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