Sensaciones, ideas y fantasías

jueves, 22 de mayo de 2008

Un baño semiotextuante en las aguas turbulentas del 68

Las fotografías que ilustran esta entrada están tomadas en Buenos Aires en agosto de 2004



Cumplo mi promesa de terminar la recensión del número de mayo de ARTFORUM dedicado al Mayo del 68, cuando hoy hace exactamente 40 años, todos mirábamos hacia París desconcertados; las personas sin definición política pero disconformes con eso tan raro que se llamaba El Orden Establecido, con indisimulado júbilo, mezclado de cierta aprensión; y los que creíamos tener una ideología clara de izquierdas, con verdadero pasmo, porque jamás una revolución la habían iniciado ni animado unos estudiantes.
En el artículo titulado The Great Refusal, El Gran Rechazo, firmado por Sylvêre Lotringer, investigadora semiotextual, resume con precisión los hechos, y los contextualiza muy bien, sin duda debido a la pericia adquirida en su oficio.
“Fue la primera revolución global antes de que nadie supiera que era eso de global. La sincronía fue asombrosa, en particular dada la tecnología existente: no había teléfonos móviles, ni Internet ni cadenas de noticias de 24 horas. Ni siquiera lo evitó el hecho de que el planeta estaba dividido en dos bloques antagónicos cuyas fronteras zigzagueaban a lo largo del mapa del mundo. Y sin embargo, Mayo del 68 cruzó todas las fronteras, al margen de su naturaleza divisoria. Los que se oponían al ‘socialismo real’ de la Unión Soviética presionaban para obtener libertad y democracia, abrazando el capitalismo y la cultura pop americana; los que se oponían al capitalismo rechazaron los valores morales estrechos de la burguesía, el autoritarismo, la explotación laboral y abrazaron un ‘socialismo posible’ que pronto se demostró imposible de sostener.”


“Fue la primera generación que emergía de los cascotes de la Segunda Guerra Mundial y, como estudiantes, se encontraron con un orden que había sido creado para ellos y al que se sintieron obligados a oponerse.”

Después de una sucinta pero acertada cronología, la semiotextuante empieza la presentación de la entrevista con Toni Negri que vendrá a continuación.

“Al contrario de lo que sucedió con los estudiantes franceses, que se echaron a la calle en apoyo de los trabajadores en huelga, calentados por los acontecimientos, los Operaisti (Trabajistas) observaron de cerca la rebelión de los trabajadores italianos. Se dieron cuenta de que el capital no podría contenerla por mucho tiempo a no ser que cambiaran drásticamente las condiciones y el propio capital. Los hechos de París de 1968, evoca Negri en la interviú que sigue, no cogieron a los Operaisti desprevenidos, y se preocuparon de explotar su impacto creando un amplio movimiento llamado Autonomia, que incluía estudiantes, trabajadores jóvenes y desempleados. Creció durante una década, y se interrumpió abruptamente en 1977, en el momento en el que se estaba transformando en una fuerza importante en el país. El gobierno hizo resucitar leyes fascistas anteriores a la guerra con el propósito de arrestar, juzgar y condenar a los dirigentes Autonomistas bajo la acusación de ser los inspiradores intelectuales de los terroristas de las Brigadas Rojas. Negri fue sentenciado a treinta años de cárcel, de los que terminó cumpliendo un tercio.”
“Francia nunca se recuperó de los acontecimientos de aquella primavera. El país resistió cualquier intento de asimilar lo que había emergido abruptamente, pero Mayo del 68 dejó una impronta duradera: de sus cenizas surgieron las teorías políticas más vivas en Occidente de los últimos cincuenta años, como si la creatividad del Mayo Francés, relegado en cualquier otro aspecto, hubiera hallado en la filosofía su vía de escape más amplia.”

Florilegio de citas de la entrevista con Toni Negri
“Los acontecimientos de Mayo del 68 en verdad fueron un signo anticipatorio de la crisis de los sistemas socialistas burocráticos. Se les dio la oportunidad de superar el ‘socialismo real’, de recobrar la libertad.”
“El movimiento Autonomía fue diferente al Mayo Francés, que trataba de echar abajo el Estado. Nuestro problema fue cómo empujar hacia una modernización extrema. Aquí es cuando empezó la nueva historia. El movimiento italiano pudo no tener el fervor de la retórica situacionista, pero su extensión en profundidad y continuidad fue excepcional. Aquel largo momento del Mayo Italiano, desde 1967 a 1977, tuvo la misma ambigüedad que los situacionistas percibieron en el Mayo del 68, y que caracteriza ciertos fenómenos revolucionarios. Pero 1968 fue también el comienzo de algo más. Y esa ambigüedad, el hecho de ser a la vez pasado y presente, justifica su interés, su enorme importancia. El año 1968 fue el principio de la posmodernidad y, consecuentemente, el final de lo moderno. La crítica situacionista nos puede llevar hacia muchas puertas, pero debemos entender que había movimientos detrás de todo, una multitud de movimientos. Y había una organización industrial.”
“La fortísima síntesis que se produjo es la que nos permite hablar de lo contemporáneo en lugar de lo posmoderno. Para mí es una distinción de extraordinaria importancia. El pos presupone una continuidad entre lo que sucedió y lo que está pasando hoy, como si 1968 fuera algo que continúa, que empuja la modernidad hacia la hiprmodernidad o la posmodernidad. Pero eso no es el caso. Hubo un salto, una división histórica, una ruptura.”
Contestación al comentario de la semiotextuante sobre la rebelión contra el consumismo de los sesetaiochistas.
“Siempre encuentro un aspecto muy moralista y religioso a cualquier ataque y crítica al consumo., algo notable en el caso de Alemania. Estoy en un flagrante desacuerdo con eso. No creo que Mayo del 68 fuera un rechazo de la sociedad de consumo. Para nosotros, en los años de la posguerra, el consumo no fue opresivo, fue revitalizante. En los apartamentos que se construyeron a partir de los 60 (como consecuencia de las destrucción de la guerra) en toda Europa, se introdujeron la higiene, los baños, los retretes . Esto no era algo baladí. Cambió de verdad y por completo la vida de las personas.”
“No. Mayo del 68 fue en primer lugar el rechazo de la organización taylorista y fordista del trabajo. Alrededor de la mitad de los 70 los intelectuales italianos no cesábamos de preguntarnos: ‘¿Qué pasa? Pero, ¿qué está pasando?’ Las cosas estaban cambiando. Los trabajadores no querían emplearse en la Fiat. Las cadenas de montaje eran insoportables. En lo que a mí me concierne, Mayo del 68 fue una ruidosa confirmación de la indignación que sentí como individuo, de la ruptura que me condujo a trabajar en una fábrica y analizar la transformación en curso. Y valió la pena, de verdad.”
“Los trabajadores ya no querían ser esclavos. Demandaban nuevas formas de trabajo. Viví en Milán de 1971 a 1979 – el año en el que me encarcelaron-, y había barrios enteros, Garibaldi, Ticinese, donde la policía no podía entrar. Y no porque hubiera disturbios insostenibles. La policía no podía entrar porque nosotros habíamos podido organizar la textura social. La gente habla de la necesidad del poder, pero el poder sólo es necesario para los jefes. No es necesario para la vida. Ha de ser posible pensar en términos de alteridad, de lo otro que todos tenemos en común. Spinoza lo concibió como una continuidad entre la sociedad y el estado.”
“Como espinocista considero que vivir juntos es algo absolutamente normal. No tenemos necesidad de defendernos del Anticristo para aprender a hacerlo. El movimiento revolucionario tiene sus pausas, sus momentos de reflexión y alegría. Al final, cuando pensamos sobre él, Mayo del 68 no fue una lucha y una confrontación exaltante; ese es todavía su aspecto ‘moderno’. 1968 fue algo completamente distinto: el placer de descubrir una nueva humanidad, una profunda alegría interior y exterior. Fuimos de la utopía a la concreción no utópica de lo real. Lo que estábamos haciendo, lo que deseábamos hacer y lo que empezamos a hacer contenía un nuevo riesgo, un nuevo mundo. Y no fue un sueño. La única comparación posible del 68 sería con 1848.”
S. Lotringer: “Usted sugiere que el Imperio [se refiere al libro escrito por Negri y Michael Hardt] ha reemplazado al Estado-Nación.”
“Mi problema fue identificar formas políticas que correspondieran a la globalización y deducir que tipo de soberanía reemplaza nociones como pueblo y nación.”
“Llegamos a entender que el capitalismo era mucho más importante que cualquier forma particular de gobierno de estado. Este fue el tema verdadero en 1968, y no hemos sido capaces de cambiarlo. El desarrollo capitalista lo ha sobrepasado incluso. En ese punto, finalmente hemos ganado: el estado dejó de ser el estado nación. Lo hemos entendido gracias al trabajo, gracias a la actividad de las singularidades, que no tienen nada que ver con clases o con masas, y podemos ir más allá de la lucha de clases a una nueva forma de actividad social. La clase trabajadora como tal podría transformarse en una multitud. Y eso es una enormidad.”
“La multitud no es sólo un concepto de ciencia política. Es esencial en él la dimensión cognitiva del trabajo y del conocimiento, el trabajo inmaterial. La multitud tiene que ver con las redes, con una independencia de cooperación.”

Al margen de que uno pueda estar de acuerdo o no con Toni Negri, la lectura de esta entrevista nos permite deducir que los intelectuales que sostienen a la “izquierda” que domina el Estado y en especial la que sostiene los disparates nacionalistas de ciertas autonomías españolas o no se ha enterado de nada, o no le da la real gana enterarse, por miedo a perder sus prebendas y su fama de “niños terribles” del progreso posmoderno.

Y para finalizar, un artículo que me llamó tanto la atención que lo he traducido completito.

Se titula Learning Curve, escrito por Ton Hollert, sobre la educación y al arte radical en Alemania en aquellos años turbulentos.

Como no quiero meterme en líos sobre derechos de autor, no lo voy a colgar entero, sólo los dos primeros párrafos. Pero aquellos de mis desconocidos visitantes pueden pedírmelo por email y se lo enviaré gustoso.

Learning Curve
(Doble sentido)
La Curva de la Educación o Aprendiendo a Hacer Curvas
Tom Hollert sobre la educación y el arte radical en Alemania
Artforum, número de Mayo de 2008

La tarde del 22 de junio de 1967 Joseph Beuys convocó por sorpresa una conferencia de prensa en la Academia de Arte de Düsseldorf, y anunció la fundación del Deutsche Studenten Partei (El Partido de los Estudiantes Alemanes). Habían transcurrido sólo veinte días desde que un policía matara al estudiante Benno Ohnesorg en una manifestación contra la visita a Berlín del sha de Persia, un momento crucial en la movilización política de estudiantes en Alemania Occidental, que culminaría en las protestas de 1968. En medio de esta confusión, una fotografía de la reunión muestra a Beuys y a sus estudiantes sentados, mirando hacia el suelo con un aire de deliberada circunspección unos diagramas trazados con tiza por el profesor: líneas y círculos con las palabras legislative, judikative, y executive , escritas en torno a una de las circunferencias, como si pretendieran subrayar más allá de cualquier duda que este gesto público estaba enmarcado en las crisis contemporáneas de la didáctica, la democracia y la separación de poderes. Desde luego, fue desde la esfera de la educación de donde emergerían tantos modelos de arte y política revolucionaria en los años 60. El aprendizaje condujo al fracaso en muchos sentidos, y sin embargo esta historia no es ni mucho menos un caso cerrado.
Cinco meses después de la conferencia de prensa de Beuys, la firma de los estatutos del nuevo partido estudiantil quedó documentada en otra fotografía (ambas las tomó Ute Klophaus, el legendario cronista visual de Fluxus y Happenings): Beuys. Johannes Stüttgen (uno de los alumnos de Beuys en aquel momento, e íntimo aliado suyo), el compositor de Fluxus Henning Christiansen y el poeta, crítico y educador Bazon Broca aparecen en pie tras un escritorio improvisado en el aula de Beuys. Ese mueble simbólico llevaba pintadas las letras DSP, y el cuarteto realiza solemnemente los rituales de lanzamiento de una organización política. Semejantes acciones eran una burla de Beuys y sus colaboradores del DSP de las fotografías de familia y los pseudoeventos de la política ante los medios de comunicación, desplegando una retórica visual de oficialidad que ridiculiza el autobombo de los rituales de la democracia. Pero además, estas parodias también invocaban la violencia de la democracia occidental, cuyo ejemplo más famoso fue el cartel de 1973 Demokratie ist lustig (La Democracia es divertida), que exhibía la expulsión por la policía de un solazado Beuys de la academia de Düsseldorf en 1972, en sarcástica sintonía con los movimientos de protesta de los 60, la brutalidad policial, y el incremento del terrorismo izquierdista en Alemania Occidental durante los 70. A lo largo de esos años, Beuys perpetuó su propia imagen como un enemigo cachondo del estado policía, un aspecto de su repertorio de papeles que incluían al demócrata radical y al revolucionario, al curandero y al chamán, al nómada y al gángster, al rebelde y al luchador.
Pero quizá el papel más insurgente que interpretó fue el de maestro. Beuys fue la quintaesencia del artista-educador del arte de la posguerra europea, con el objetivo, ni más ni menos, que la revolución por medio de la educación. Lanzar el Partido de los Estudiantes Alemanes en 1967 no sólo fue un gesto dirigido contra la política parlamentaria y el estado. Con gran precisión se dirigía al dominio de la escena política radical de los grupos estudiantiles de la oposición extraparlamentaria (APO), y el Sindicato de Estudiantes Socialistas Alemanes (SDS). Ridiculizando el marco existente de las organizaciones estudiantiles, Beuys iba más allá de las opciones contraculturales. Su partido estudiantil renunciaba a cualquier alineación “socialista” o “marxista”, al menos nominalmente, con el propósito de convertir el territorio de la educación artística en un medio de agitación política. “Todo hombre es un estudiante, es decir, una persona que aprende”, como explicó Beuys a los periodistas que acudieron a la fundación del DSP.

1 comentario:

Sinblancaporelmundo dijo...

Cada día que pasa somos más los que traicionados por el PP ya sabemos lo que tenemos que hacer:

http://sinblancaporelmundo.wordpress.com/2008/05/22/desbandada-de-votos-de-patriotas-hacia-rosa-diez/