Sensaciones, ideas y fantasías

jueves, 8 de mayo de 2008

Rectificación a mí mismo

En la entrada de ayer sobre "Los Acontecimentos del 68" hice una referencia denigratoria a un suplemento dominical de ABC (27 de abril) que dedicaba varios artículos a aquello. Cometí una osadía frecuente entre periodistas (causa de nuestra mala fama) que fue no tener ante mis ojos el elemento que estaba criticando.
Luego de colgada la entrada, lo busqué, y al releerlo me di cuenta de la injusticia que había cometido. Salvo un largo artículo firmado por un escritor (tenía que ser escritor), que es un rollete prescindible, todo lo demás es interesante. Empieza con un texto de Juan Pedro Quiñonero, muy documentado y ponderado. Luego hay tres cortos artícuos dedicados al 68 estadounidense, al checo, y a Méjico, donde se produjo la matanza de la plaza de Tlatelolco, también de estudiantes. Nos saltamos el del escritor y nos encontramos con una sugestiva entrevista con Agustín García Calvo. Sigue una referencia a la atribución al Mayo 68 de la supuesta decadencia moral de occidente, eje de la campaña de Sarkozi, y la réplica que le hizo el venerable pero juvenil Cohn Bendit. Una doble página con una recreación fotográfica de las pinturas en los muros y una pequeña cronología de los Acontecimentos . Un artículo sobre el 68 gallego, donde su autor asegura que los que hoy mandan en aquellos pagos célticos proceden del 68 internacional. Unas crónicas de la época firmadas por el corresponsal de ABC, José Julio Perlado, donde se habla de "jornadas de violencia", que vistas en perspectiva son una confirmación de la mala opinión de García Calvo sobre los "Medios de Formación". Y un artículo de Valentí Puig que debió ser el que se me quedó en la memoria, porque lo que se saca en limpio después de leerlo es que Mayo del 68 fue una "fiesta para niños mimados" y una educación sentimental para privilegiados. Ambas cosas no son ciertas, o al menos no las veo yo así.
Yo visité París en julio de 1968. Tenía familia en una de las banlieu o ciudades del extrarradio. Apenas hablaba francés y muy poco inglés, y me entendía muy mal con los jóvenes de la época, pero la sensación que obtuve de aquel viaje en autostop por Europa fue que vivía en un mundo amable, solícito, casi generoso. Tanto por parte de los jóvenes como de los adultos conservadores. Mis tíos se empeñaron en pagarme el viaje de París a Bruselas en tren, porque temían que me pasara algo. El resto del recorrido lo hice en autostop con escasos incidentes.
Hasta la mili, hice varios viajes en autostop por Europa y por España, casi todos en compañía de amigos o de mi hermano. Yo pensaba que aquella posibilidad no cambiaría, que era yo el que , con la edad y mi establecimento en la sociedad me iba haciendo perezoso o comodón. Pero lo cierto es que hoy no se puede hacer austop, nadie sensato lo hace, sólo se ven por las carreteras secundarias a algunos desarraigados. Eso es uno de los fracasos del 68, y no porque los privilegiados que se educaron sentimentalmente en él se equivocaran de doctrina, sino porque no hemos sabido (o nonos hemos atrevido a) aplicarla. Porque el Dinero, según García Calvo, el Sistema o el Capitalismo, da igual el nombre, han sustituído inteligentemente aquel entramado obsoleto que dinamitaron los estudiantes del mundo entero en 1968, y nos tiene a todos envenenados con el mercado pletórico, el consumo. Las prácticas de cooperación, de altruismo, de lucha por la paz, de oposición a la violencia militarista, han sido secuestradas por políticos profesionales, por demagogos estilo Zapatero, que sólo engañan a los jóvenes que todavía no se han enterado de lo que vivieron sus padres o sus abuelos (también se implicaron adultos en el 68).
Acabo con una referencia a El Espíritu del Mayo del 68, un artículo publicado en ABC también el 27 de abril, firmado por Guy Sorman. De todos los mencionados es el más nítido, el más optimista. Mayo del 68 acabó con un sistema donde la jerarquía y el orden eran indiscutibles, y abrió una nueva época, viene a decir. Una nueva época que está necesitando como agua de mayo, otro Mayo semejante, que ajuste la medida de la globalización a las dimensiones de los seres humanos y no de las multinacionales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A muchos de los de mi generación nos hubiera encantado tener un mayo del 68 y alguna injusticia contra la que rebelarnos. No hay nada más frío, aséptico e impersonal que este "régimen" capitalista-consumista.

¿El sueño de mi generación? Un adosado y un todo-terreno. Para llorar.

Me ha encantado el post.

Saludos