Carlos Herrera ha entrevistado esta mañana al portavoz de PSOE en el Parlamento y ex ministro del Interior y del Ejército. Es decir, una persona informada y con un criterio elaborado, por torpe que sea, pues ha tenido oportunidad y tiempo de aprender en aulas vedadas a la mayoría aplastante de sus conciudadanos.
La entrevista ha sido un fiasco. Mejor dicho, una burla. Como soy periodista, entiendo la insistencia de uno y otro medio en sacar a la palestra a los políticos e interrogarles. Hay que vender protagonismo. Pero el producto a la venta resulta un fraude. Algunos políticos acostumbran a dar ruedas de prensa en las que no se les puede preguntar, es decir, en las que se limitan a hacer declaraciones y al terminarlas se dan media vuelta y se van por donde habían venido. Esto indigna a los medios, que protestan. El resultado es que el político en cuestión aparece muy manso en la siguiente oportunidad, y deja que los sabuesos le acosen. Pero como un conejo de chistera, a cada dentellada hace una finta, y al concluir, sale corriendo dejando a los galgos y a los podencos extenuados y sin ni siquiera un pelo de la suave piel de la preciada pieza.
J.A. Alonso ha demostrado esta mañana que es un campeón de surfing. Aunque yo creía que los políticos, al margen de sus aficiones y sus habilidades privadas, estaban para gobernar, para responder de sus hechos, para aclarar las dudas de los ciudadanos.
A medida que voy escribiendo y recordando las absurdas respuestas de Alonso a Carlos Herrera, me voy encendiendo. Así que dejo el tema, porque si no acabaré diciendo cosas como que la democracia es un engaño y que los políticos supuestamente democráticos son unos robots programados para la sinvergonzonería más abyecta. Que no es así, aunque lo parezca.
Sensaciones, ideas y fantasías
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pero para ejercer la profesión de político ¿no había que dominar estas cualidades?... Aisssseñor...
Esta es una plaga de la "clase" política, una clase o casta en toda regla que se permite el lujo de no contestar o contestar con evasivas (que es lo mismo)a cuantas preguntas les hagan. Yo creo, como ha dicho anónimo, que esto va en el cargo.
El máximo exponente de este vicio, diríamos democrático, es Zapatero, al que muy rara vez le he visto contestar una pregunta.
Parece un fraude y es un fraude.
Publicar un comentario