Sensaciones, ideas y fantasías

domingo, 24 de febrero de 2008

Meetings. Famosos. Realidad. Sorpresas blogueras

Se me aparece Bombardier, y me suelta:
- Las bitácoras rezuman campaña electoral. ¿Tú no vas a entrar al trapo?
- Espero que no. Me mantengo lejos por razones profilácticas. Me gustaría decir que “Mi blog no es de este mundo”, pero estaría incurriendo en una incoherencia. Lo que sí procuro es no dejarme llevar por la corriente.
- Eres un elitista.
- No.
- Un marginalista.
- En mi juventud fui madridista. Ahora ya, ni eso. En realidad, no sé si soy algo digno de crédito. Me gusta verme como un individuo poseído por el espíritu de Pío Baroja. Fue el ídolo literario de mi adolescencia. Era discreto, irónico, melancólico y trabajador. Un español atípico, como mi padre.
- Su vida no fue ejemplar.
- ¿La de mi padre? Pero si fue un varón sensato y temeroso de Dios.
- La de Baroja.
- ¡Ah, bueno! Nunca se lo propuso. Pero es verdad que después de conocer algunos detalles íntimos, le perdí algo el respeto. Es lo malo de la intimidad, las personas en paños menores desafían al mito.
Bombardier me dirige una mirada escéptica.
- Sin embargo, hoy aparecer en paños menores es la forma de algunos para hacerse célebres.
- Sí – confirmo -, hoy se confunde la celebridad con la reputación y el buen nombre. Fíjate en los “meetings”, como se decía antes. Cuanto más graznan los candidatos, más les jalean.
- ¿Por qué dices “antes”? ¿Te parece que antes era todo mejor?
- Es que el “ahora” es más turbio. El pasado lo vemos como una fotografía bien hecha. El presente es una fotografía movida o desenfocada. Aunque me gusta más comparar el presente con la televisión, que es una frenética sucesión de imágenes cuidadosamente alejadas de la realidad, aunque extraídas de ella.
Y le cuento una anécdota que acabo de vivir.
El otro día vi un anuncio en una copistería. El anunciante buscaba un autor o autora que pudiera escribir “una gran biografía”, naturalmente la suya. Me puse en contacto con él. Quería saber qué tipo de persona encarga su biografía por medio de un anuncio.
Respondió a mi llamada telefónica un señor con acento andaluz y de discurso poco extraordinario. Dijo que estaba jubilado, y argumentaba que su vida había sido intensa. Como prueba aportaba la admiración de uno de sus nietos, que se quedaba boquiabierto cuando escuchaba las peripecias de su abuelo en la posguerra, las vueltas que había pegado, los sacrificios que había hecho.
La segunda prueba la obtuvo en el plató de cierta televisión. Al parecer le habían invitado como público con derecho a la palabra, lo cual requiere una entrevista previa. En ella, el aspirante a biografiado había debido convencer de sus méritos a los directivos del programa. Los méritos salieron a la luz en la réplica que le hizo a un tal Matamoros, uno de esos que han prosperado en el negocio del famoseo por su genio áspero y su poca vergüenza.
El asunto era la fidelidad matrimonial y también erótica. Me contaba el hombre que Matamoros quedó impresionado por su afirmación (la del invitado como público con derecho a la palabra) de que jamás se había acostado con otra mujer que con la suya, y que había hecho el amor con ella mil cuatrocientas diecisiete veces. La cifra me la acabo de inventar, porque no recuerdo la que me dijo el hombre.
Se me hizo evidente entonces el criterio de aquel señor que deseaba proclamar lo extraordinario de su vida. Había acudido a la televisión y había impresionado a un tipo famoso. ¿No era eso digno de un libro? ¿No era eso una garantía de que su vida hecha libro se convertiría en un superventas?
Para él, el pasado, el suyo, se había convertido en una nítida fotografía en colores, ante un presente que acaso viera como una confusión de píxeles mal reconocidos por el ordenador.
Sólo el pasado es objeto de nuestra fantasía, aunque los programadores de televisión procuran por todos los medios hacer lo mismo con una realidad menos real cuanto más célebre y famosa.
Por cierto, Pío Baroja sigue siendo mi escritor favorito. Pero me parece una gansada colgarlo en la columna de al lado.


Sorpresas agradables en la blogosfera

Gracias a un rebote filológico, mejor dicho, etimológico, porque buscaba en la Red un diccionario etimológico, me encontré con una página estupenda. “Últimos descubrimientos en etimología” http://ettimologiia.blogspot.com/
A primera vista es un blog de jovencitas disparatadas. Evidentemente es lo que pretenden hacer creer sus mantenedoras, una pareja de profesoras de lengua (al menos una lo es), que utilizan la jerga de los chavales de instituto en un diálogo fluido y chispeante, como se dice, e intercalan información cultural de todo tipo, superinteresante, hiperbiencondensada, y muy inteligentemente servida. Te lo pasas bien, aprendes jerga esemeísticas y una variedad de cositas ilustrativas.
Esta es la declaración de principios de Meli y Almudena:
“Cada año se efectúan miles de interesantísimos descubrimientos en esta disciplina que por desgracia pasan absolutamente inadvertidos para el gran público y la élite intelectual, quizá porque casi todos ellos se efectúan en los estrechos límites de un oscuro departamento de Lenguas Clásicas en un pequeño instituto de barrio…”


http://www.wordreference.com/

Y sigo haciéndome lenguas. He aquí otro portal que contiene diccionarios al segundo de inglés y otros idiomas y, lo que es mejor, un foro en el que puedes hacer preguntas de palabras que no se encuentran en diccionarios normales. En cosa de minutos obtienes la respuesta, documentada y de sólido peso académico. Es un placer hacerme eco de wordreference.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cierto, yo lo utilizo desde hace varios anyos y me parece estupendo!
Tambien muy práctico, es el conjugador de verbos en varios idiomas de Lingofox
http://konjugator.lingofox.de/es/index.php?id=kon_de

Meli dijo...

uppps qué corte, muxas gracias, en verdad no era nuestra intención parecer lo que no somos (misterio... qué somos en realidad?)
Te queremos, Oliver, cierto es que nuestro hobby son las palabras...
y los palabros
A tu dispo,
tus amigas