Éste, ha acudido a un Congreso sobre Cactus y Plantas Suculentas, que ya celebra su tercera edición. Era en Cheste, una ciudad de la provincia de Valencia conocida worldwide por atronadoras razones, que tienen poco que ver con la botánica.
Bombardier la acompañó de oyente, y se dedicó a curiosear en una carpa en la que se exhibían y vendían más de mil variedades de cactus. Según le contaron, hay cosa de catorce mil especies en todos los desiertos y tierras áridas del planeta.
Los cactus son plantas fascinantes, porque sobreviven en condiciones extremas, y se nos presentan en formas de una belleza a veces incluso efectista, como si se hubieran propuesto llamar la atención. ¿De quién?
De personas como Joël Lodé.
Bombardier pasó un rato hablando con él, y descubrió a un aventurero auténtico. Lleva un sombrero de Indiana Jones, y la primera impresión es que es un pequeño impostor juguetón. Pero a medida que Bombardier conocía su historia, se daba cuenta de que estaba hablando con un hombre verdaderamente apasionado por la aventura, en el sentido más clásico y épico del término, la del ser humano que sale a recorrer el mundo sin otro objetivo que disfrutar del viaje, de conocer personas y pueblos interesantes, de ponerse a prueba, de descubrir los límites de la resistencia humana, de averiguar por qué hay vida en donde nadie ni nada elegiría vivir.
Joël Lodé ha vivido la aventura y de la aventura. Pero no de un modo caprichoso o aleatorio. Ha recorrido todos los desiertos del planeta, ha clasificado cactus y plantas crasas en los cinco continentes, ha descubierto especies desconocidas, y se nota que ha disfrutado de su experiencia porque no habla de ella con pretenciosidad o con falsa modestia. Habla con entusiasmo. Encontrar a un ser humano así, en esta sociedad de pesimistas viscerales, vocacionales o enfermizos fue todo un gozo para Bombardier.
Quien desee saber más de Joël Lodé, sobre sus actividades, sus proyectos, su revista sobre cactus, puede encontrarlo en Cactus Aventure. La mayoría de la información está en español, pero hay secciones en francés o inglés.
Una de las últimas realizaciones de este tipo singular ha sido su participación en un campo de golf en Almería que sustituye el césped por los cactus y las plantas suculentas apropiadas para este juego. El consumo de agua es cero o casi cero. Dice que a él el golf le deja indiferente, incluso que no le gusta un pelo, sin duda porque el golfista aficionado o profesional es lo más opuesto a un hombre de acción, pero que el propietario del campo se había propuesto llevar a cabo una empresa sostenible en algo tan escandalosamente antinatural como es un campo de golf, y lo ha conseguido con ayuda de Joël y de otros profesionales (esto, lo deja claro, no quiere colgarse él solito la medalla).
Los cactus sólo pinchan si uno los quiere arrancar a lo bruto, o apropiarse de ellos por codicia. Pero cuando se acerca uno a ellos para conocerlos y para conocerse, se lleva hermosas sorpresas, como la de entrar en contacto con un aventurero. Joël Lodé.
Bombardier pasó un rato hablando con él, y descubrió a un aventurero auténtico. Lleva un sombrero de Indiana Jones, y la primera impresión es que es un pequeño impostor juguetón. Pero a medida que Bombardier conocía su historia, se daba cuenta de que estaba hablando con un hombre verdaderamente apasionado por la aventura, en el sentido más clásico y épico del término, la del ser humano que sale a recorrer el mundo sin otro objetivo que disfrutar del viaje, de conocer personas y pueblos interesantes, de ponerse a prueba, de descubrir los límites de la resistencia humana, de averiguar por qué hay vida en donde nadie ni nada elegiría vivir.
Joël Lodé ha vivido la aventura y de la aventura. Pero no de un modo caprichoso o aleatorio. Ha recorrido todos los desiertos del planeta, ha clasificado cactus y plantas crasas en los cinco continentes, ha descubierto especies desconocidas, y se nota que ha disfrutado de su experiencia porque no habla de ella con pretenciosidad o con falsa modestia. Habla con entusiasmo. Encontrar a un ser humano así, en esta sociedad de pesimistas viscerales, vocacionales o enfermizos fue todo un gozo para Bombardier.
Quien desee saber más de Joël Lodé, sobre sus actividades, sus proyectos, su revista sobre cactus, puede encontrarlo en Cactus Aventure. La mayoría de la información está en español, pero hay secciones en francés o inglés.
Una de las últimas realizaciones de este tipo singular ha sido su participación en un campo de golf en Almería que sustituye el césped por los cactus y las plantas suculentas apropiadas para este juego. El consumo de agua es cero o casi cero. Dice que a él el golf le deja indiferente, incluso que no le gusta un pelo, sin duda porque el golfista aficionado o profesional es lo más opuesto a un hombre de acción, pero que el propietario del campo se había propuesto llevar a cabo una empresa sostenible en algo tan escandalosamente antinatural como es un campo de golf, y lo ha conseguido con ayuda de Joël y de otros profesionales (esto, lo deja claro, no quiere colgarse él solito la medalla).
Los cactus sólo pinchan si uno los quiere arrancar a lo bruto, o apropiarse de ellos por codicia. Pero cuando se acerca uno a ellos para conocerlos y para conocerse, se lleva hermosas sorpresas, como la de entrar en contacto con un aventurero. Joël Lodé.
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