Sensaciones, ideas y fantasías

viernes, 18 de abril de 2008

Bombardier, las maravillas de Egipto y un cuento chino



Bombardier lleva un tiempo de viaje interior. Intenta activar sus meridianos energéticos, estimular su karma. Confiesa que le está costando, aunque ha encontrado personas que le ayudan. En el mundo hay más benefactores de lo que a primera vista parece. Es todo lo contrario que en las películas de nuestro tiempo: están llenas de criminales, perturbados, angustiados, suicidas; mientras que las de hace medio siglo nos contaban tragedias y melodramas que acababan bien. No sé por qué nos terminamos convenciendo de que eran una engañifa, una alienación. Pero sin happy end, la vida es un infierno. Si el mundo fuera como lo reflejan las películas de hoy, sería insoportable, nos abríamos aniquilado hace siglos. Está de moda el infierno.
Estas reflexiones me las hace Bombardier a la vuelta de un viaje, esta vez físico, que ha hecho a Madrid. Las motivaciones eran laborales, un seminario o algo así de carguillos de Correos, donde él trabaja.
“Han sido dos días. Y en cada uno de ellos tenía un par de horas libres. Había mirado las ofertas culturales de Madrid, y de la montaña que hay, escogí dos. Decidí pasarme por el Reina Sofía con el único propósito de ver un trabajo de Chen Chien-jen. Y al día siguiente me propuse visitar el antiguo Matadero para visitar Los Tesoros Sumergidos de Egipto, una exposición de pago".
“¿Chen Chien-jen?", le digo. "No tengo el gusto de conocerle. ¿Un amigo tuyo apocalíptico como ese Paco Campos?"
"Mi amigo Campos no es apocalíptico. Es un pintor religioso atemporal, un Giotto moderno. Y al chino tampoco le conozco ni creo que llegue jamás a conocerle."
"¿Tan poco te gustó su pintura?"
"Videoarte o algo así", me corrige.
"Vale. El caso es que visitaste una institución pública y una exposición privada. Buen contraste.”
“Algo de eso hay. No lo hice con el propósito de establecer una comparación. Pero al final, la comparación fue inevitable.”
“¿A favor de quién?”
“No adelantemos acontecimientos. Sigamos el ritmo de las cosas… Me planto ante la fachada del Reina Sofía. De arriba abajo cuelgan cartelones con información de los productos en oferta. En algunas de las pancartas leo MNCARS, y pienso que es una marca de coches patrocinadora de eventos culturales. Luego me doy cuenta de que es Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía."
"Claro. No hay museo moderno en el mundo entero que no se identifique con un acrónimo, es el SIGNO de los tiempos; antes se hablaba de la iglesia de San Jerónimo, del templo de Diana…, hoy si no dices MOMA, IVAM, MACBA, pareces una anacronía viviente. ¿Y qué tal el chino ese?”
“Varios malentendidos. Yo estaba completamente equivocado. Lo único cierto que sabía es que se trataba de una proyección de videoarte. Me había propuesto ver toda la pieza. Quería tener elementos de juicio para juzgar sin precipitación. Y resultó que la piececita duraba más de una hora, y el chino era de Taiwán. En la exposición del IVAM The Real Thing, de chinos continentales, no aguanté las piezas de vieoarte ni las proyecciones, y eso que eran más cortas. Esta vez me quería comportar con paciencia y prudencia.”
“Dos virtudes muy orientales. Tengo la impresión de que entraste en el MNCARS con tu mejor karma.”
“Y lo conservé todo el rato. A pesar de todo. El trabajo de Chen Chien-jen se titula Tribunal militar y prisión, y está relacionado, dice el folleto informativo, con los recuerdos de Chen sobre la prisión y tribunal militar que existía en las cercanías de su casa familiar…el protagonista es un disidente político que lleva mucho tiempo encerrado en esa cárcel, símbolo olvidado por todos, es un fantasma… Chan Chien-jen cuenta experiencias de la represión de la dictadura militar de Chian Kai Chek en Taiwan.”
“Suena muy actual. Gente sufriendo. Escenarios tétricos. El Gulag de la derecha.”
“Pues si he de ser sincero, confesaré que el trabajo no me pareció un despropósito o una estupidez. Estaba bien hecho y tenía un sentido evidente. Pero es demasiado largo. E inútil. Y ahora verás por qué. Entro en la sala de proyección cuando el video está a la mitad, más o menos, aunque de esto no me doy cuenta hasta media hora más tarde, es decir, cuando acaba. En un largo banco al fondo de la sala, hay una señora mirando la pantalla. Me siento, apartado de ella, para que no se mosquee. Al cabo de cinco minutos, la señora se levanta y se va. Entra un chino, ¡un chino de verdad!, mira la pantalla unos diez segundos, y se marcha. Se asoman varios occidentales, y a los tres o cuatro segundos se retiran. Así hasta cinco o seis personas. Entre medias, se cuela una chica. Se sienta en el extremo del banco opuesto a donde yo me encuentro y permanece allí un buen rato. Después entran cuatro chicas, se quedan de pie en la cortina, charlando maleducadamente. Al fin, tres de ellas se sientan en el banco. La película o la obra de arte, ha terminado, y vuelve a comenzar. Aguantamos los cuatro. Pero al cabo de unos diez minutos, las tres chicas se levantan y se marchan. Yo decido hacer lo mismo, porque ya tengo claro el mensaje, el procedimiento, y sinceramente estoy un poco harto de Chan Chien-jen. Al salir se me ocurre hacer una pregunta clave a la vigilante de la entrada, ¿han aguantado la hora de proyección muchas personas desde que se inauguró el 5 de marzo? Lo piensa un poco, y me dice que sólo un matrimonio, y que no cree que vieran la pieza entera, que la mayoría de la gente, se asoma y se va, y muy pocos se quedan más de dos o tres minutos.”
“Me figuro a dónde quieres ir a parar. El artista Chen Chien-jen ha fracasado en su propósito de llamar la atención de la gente sobre la barbarie de la dictadura militar.”
“Fracaso absoluto. Aunque, previéndolo, ha extraído de su largo trabajo cinco minutos y los proyecta en una salita contigua. Pero la actitud de los visitantes es la misma que en la sala grande. “
“Lo cierto es que las preguntas que suscita tu paciencia y tu prudencia son peligrosísimas.”
“Peligrosas sobre todo para el MNCARS. ¿Qué esperaban quienes contrataron a Chen Chien-jen? ¿A quién sirven, a la fracción infinitesimal de la sociedad capaz de aguantar la hora de proyección de Tribunal militar y prisión, incluidos ellos mismos, si es que lo han visto completo, o a un supuestamente numeroso público culto interesado en el arte emergente o lo que narices sean esas cosas? ¿Por qué no ha hecho Chen Chien-jen un documental sobre el mismo tema todo lo convencional o todo lo vanguardista que quiera? ¿Se ve menos artista como cineasta que como videoartista?
“Y del MNCARS te fuiste al Matadero…”
“En realidad podía haberlo hecho, en sentido figurado. Pero fue al día siguiente. Sin embargo, antes te voy a contar otra experiencia artística en el MNCARS. Se trata de algo llamado Coordenadas y apariciones, presentado por un tal José Damasceno, tipo apreciado y conocido en el Olimpo del arte contemporáneo. Dice el folleto que se plantea un circuito de distintas intervenciones creadas para los espacios públicos del edificio –pasillos, escaleras, jardín, patio, fachada, biblioteca, saliendo así del concepto más ortodoxo de limitar el arte sólo a las salas de exposiciones. No entraré en detalles porque sería dar a Damasceno una importancia que no merece. Me limité a buscar un par de sus intervenciones en un plano impreso en el folleto, que como era de esperar me parecieron extravagancias. Luego, salí del museo. Y antes de meterme en el metro, busqué en la fachada la intervención número 1, titulada Organograma. En el lugar marcado por la crucecita, me encuentro a una vieja gitana pidiendo limosna. La miro perplejo. Busco alrededor. Vuelvo a mirarla. Y me sigue pareciendo una gitana. Para asegurarme, decido darle una moneda. Me lo agradece deseándome todo tipo de bienes y bendiciones. Es una gitana. Entonces, ¿dónde diablos está el organograma? Levanto la vista y lo descubro: una sucesión de palabras de neón en la fachada. En realidad, tonterías, ocurrencias. En fin…”
El embrujo de Egipto



“Háblame de Egipto, Bombardier. Me tienes sobre ascuas.”
"Como te he dicho es una exposición de pago. 11 euros. Pero estaba llena, sobre todo de lo que se llama hoy gente mayor (pagan 9 euros), una denominación bastante aproximada, porque hoy una persona de 60 años no es un anciano/anciana. También había turistas de todas las nacionalidades. Los gastos de la exposición han debido de ser exorbitantes, porque se trata de piezas rescatadas del fondo del Mediterráneo en las ruinas de lo que fueron las ciudades de Heraklión, Canopo y el gran puerto de Alejandría. "
"Suena a oportunismo cultural. ¿Qué eran, unos cuantos pedruscos, de cántaros rotos, fíbulas y puntas de lanza? He visitado varias veces la sección de Egipto del Museo Arqueológico de Madrid y siempre he salido abrumado de ver momias, sarcófagos, dioses, caretos de faraón, etc."
"Pues Tesoros Sumergidos de Egipto es todo lo contrario a una exposición aburrida o agobiante. Te lo aseguro. Yo la recomiendo a todo el mundo, tanto si le gusta Egipto como si le importa un rábano. Porque está tan bien montada, tan bien ilustrada, con explicaciones breves, sencillas y didácticas, que se te van las horas sin enterarte. Me sorprendió ver a señores y señoras mayores, a veces verdaderos abuelitos, leyendo los textos explicativos, el árbol de la dinastía ptolemaica o el panteón olímpico del imperio tardío, Serapis, Jonsu, Isis, osiris, Amón... Por supuesto, yo también dediqué mucho rato a la lectura de los carteles. Y te aseguro que sales de allí con una idea muy clara de lo que fue la vida, la religión y la historia de aquellos trescientos y pico años entre el primer Ptoolomeo, el sátrapa de Alejandro, hasta Cleopatra VIII, que se suicidó después de estar liada sucesivament econ Julio Cesar y con Marco Antonio."
"Valió la pena pagar 11 euros."
"Obviamente. Entre otras cosas porque llegué a conocer dos asuntos harto significativos. Primero que a lo largo del siglo VIII de nuestra era el Mediterráneo sufrió una larga sucesión de cataclismos que acabaron hundiendo el puerto de Alejandría, Heraklión y Canopo. Imagínate Valencia o Marsella inundada por el mar hoy. Saber estas cosas me hace dudar todavía más de la historia del cambio climático. Y en segundo lugar, que cuando el cristianismo se hizo oficial y adquirió poder, los capitostes cristianos se convirtieron en verdaderos bolcheviques y eliminaron despiadadamente a los mencheviques de su época, que eran los paganos y su casta sacerdotal. Los persiguieron, destruyeron sus templos, e intentaron exterminarlos. La historia está llena de horrores que se repiten fatalmente. Espero que no nos toque ser espectadores del último."
"Y ahora llega el momento de la odiosa comparación. Estupidez pública versus inteligencia privada."
"No es exactamente eso. Las instituciones públicas tienen especialistas excelentes en los más diversos campos de la cultura. Pero no les dejan decidir. Deciden los políticos, o las autoridades críticas o académicas con poltrona, personas que viven a años luz de la realidad. Por otro lado, hay muchas exposiciones privadas que no tienen el menor interés, pero que suenan a Picasso, a Rothko o a Schnabel y parece que son el acabose de la modernidad. Curiosamente, son gratuitas. Si una empresa o una fundación, como es el caso de esta exposición de Egipto, la Hilti, te cobra entrada, es casi seguro que encontrarás algo de calidad. Es una pena, porque el dinero público es de todos, y es más abundante. Será por eso que se despilfarra sin ton ni son."
"De todos es lo mismo que de nadie."
"Équilicuá."
"Buenos días."
"Buenas tardes."

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