Sensaciones, ideas y fantasías

lunes, 11 de agosto de 2008

Guerra inexplicable en el Cáucaso

De vacaciones, y muy entretenido y a gusto con mi nieto Jannik, me entero de la guerra del Cáucaso. Rusos contra georgianos por el honor y la causa de los osetios del sur. Esto suena tan inverosímil como que el estado ruso tiene cuentas pendientes con el estado georgiano, que se quiere apropiar del estado (¿) de Osetia. Palabras. Excusas. Tonterías. Leo que la circulación del petróleo tiene que ver con el bélico asunto. No lo creo.
Cual es la razón, entonces, de tamaño disparate atroz?
Echaremos mano del materialismo histórico, del viejo y del nuevo marxismo, de la lógica que rigió en aquellas tierras durante siglos, porque Georgia y Osetia y su santa madre pertenecen al imperio zarista desde hace mucho zares. Indagaremos en los recovecos del nacionalismo. Compararemos con los Balcanes. Miraremos de soslayo a Cataluña y a las Vascongadas.
Ni por asomo buscaremos explicaciones en la biblia de la paz universal y eterna del zapaterismo dominante. El materialismo histórico, el viejo marxismo, el liberalismo yancófilo pueden dar razones más o menos consistentes a este absurdo conflicto. Pero Zapatero o Moratinos, no, por favor! Aunque, la verdad, si no fuera por el dramatismo del evento, me gustaría que aventuraran alguna teoría para reírme del chiste.
Los ejércitos se han puesto en movimiento (si hay ejército, hay estado), han empezado a usar las armas. Decenas de personas están muertas, y decenas más se unirán a esta locura injustificable (porque, aunque al final averigüemos o seamos capaces de diagnosticar las causas del mal, dudo que alguna de ellas valga la pena uno solo de los muertos).
Nacionalismo. Tribalismo larvado. Viejísimas cuentas pendientes. Ambición imperialista. Control de las fuentes de la energía. Ineptitud de unos gobernantes dementes. Negocio armamentístico.
De todo esto habrá. Pensar que aquí no seríamos capaces de perder el juicio hasta ese extremo es una soberana soplapollez. El juicio no vale un pimiento cuando la razón está escondida bajo toneladas de demadogia o de fantasías pacifistas.
No se manifestarán con las manos en alto los creyentes en la paz universal? No valen tanto los muertos osetios, rusos o georgianos como los nuestros? Nadie convocará una protesta ante las embajadas o lo que sea, de los estados implicados, de todos, exigiendo que dejen matar inocentes y de tomarnos el pelo sobre quién ha empezado primero y quién lleva la razón verdadera? Sólo hay que echarse a la calle si son los yanquis y la poderosa OTAN la que intenta resolver viejos conflictos a bombazo limpio? Tenemos que resignarnos a que los hutus, los tutsis, los albano-kosovares, los haitianos, los serbios, los osetios, los abjazos mueran como chinches porque no tenemos ni repajolera idea de quién y por qué les induce a matarse?
Viva la paz. Viva la paz universal del idiota militante que selecciona las guerras entre las que sí entiende, porque tienen por causa la perversidad del mundo rico, y las que merecen olvidarse porque dan mucho trabajo a la inteligencia y no responden a consignas progres.

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